miércoles, 28 de julio de 2010

X de H*A*D*A*S

X
“Sabemos que ustedes tienen una misión --empezó la anciana Perra Alfa Superior-- pero lo que ustedes ignoran aún es que su misión forma parte de un conjunto mucho más grande que afecta no sólo Fantasía, sino todos los sistemas colonizados por el Genoma Primordial.

“Después de milenios de crecimiento y relativa armonía, todos los sistemas empiezan a decaer, a ser absorbidos por el creciente caos. La entropía llega a su fin y eso significará sólo una cosa…”

“¡Muerte!” –visualizó Listado.

“Sí, muerte, pero antes decadencia, sufrimiento y el triunfo del mal”, agregó Perra Alfa.

“En algunos lugares esto ya es totalmente visible. Las brujas se han fortalecido, las creaturas TR011 proliferan y han despoblado de Gente amplias zonas”, continuó Perra Alfa.

“Como las moscas”, interrumpió nervioso Amarilla Perra Alfa-Guerrera. “Como las moscas”, murmuraron los demás perros mientras lanzaban nerviosas tarascadas al aire y movían sus colas.

“¿Qué pasa con las moscas?” –preguntó Negro. “Son asquerosas y molestas, pero no son más que insectos”.

“Así es, son insectos --retomó Perra Alfa--, pero modificados…”

Los gatos se pusieron en alerta. Durante mucho tiempo las diferentes razas Animal y Humano habían convivido en armonía, pero siempre se trataba de mamíferos. Existían algunas razas de aves, como los Cuervo, pero eran demasiado extrañas para los demás y todos preferían que se mantuvieran alejadas, pero nada más, ni peces, ni reptiles, y mucho menos, insectos, eso había sido siempre un tabú.

“A menos que las modificaciones no sean hacia los genes humanos”, sugirió Blanco.

“Efectivamente, son creaciones TR011, las antiguas y míticas armas vivientes que se emplearon en las primeras fases de la reconstrucción de los sistemas, pero que han adquirido dinámicas propias, además de que las brujas están lanzando nuevas pestes a los ecosistemas”, explicó Hocico Negro Perro Gama Consejero. “Hemos estado investigando y realmente estamos asustados”.

“Además, tenemos narraciones de viajeros”, informó Patas Grandes Perra Beta Apaciguador. “Escuchen…”

Se abrió una ventana holográfica. Un narrador Humano comenzó a hablar:

Una vez más, los dioses que no se nombran han descargado su ira sobre hombres y animales. Sus huesos se blanquean en medio de un camino que ya nadie recorrerá, como recuerdo de la ira de los pequeños devoradores de carne, de las deidades únicas de este mundo sin esperanza.

Los dioses que no se nombran castigan a quienes los ofenden, y las ofensas pueden ocurrir de mil maneras. De pensamiento, palabra, obra y omisión. El castigo puede ser inmediato o demorarse, pero siempre llega y siempre es terrible.

Yo soy el narrador de historias. Canto de pueblo en pueblo todo lo que ocurre porque no puedo vivir en ningún lado. Fui desterrado hace muchos años y las leyes me impiden asentarme demasiado en algún lugar. No puedo echar raíces, no puedo establecerme; pero soy respetado. La gente me busca para saber qué pasa en otros lugares.

Ahora ya casi nadie viaja —es caro y peligroso hacerlo pues los dioses que no se nombran así lo han dispuesto—, pero la gente que habita esta mundo procede de razas de viajeros y sufren al tener que permanecer atados a un solo lugar. Su único consuelo son las historias, aunque sepan que la mayoría de ellas son falsas, construidas únicamente para su entretenimiento... además de que se pagan mejor que las narraciones verdaderas.

Nadie quiere escuchar de muertes y tristezas; de soledad y hambre; de castigos divinos y terrenos.

El nuestro es un mundo triste, húmedo y sofocante. Nuestro mundo es un lugar de desolación y sufrimiento. Nuestros pecados abrieron el vientre humeante de la culpa y atrajimos el castigo. Las moscas comen nuestra carne. Ellas son los dioses que no se nombran, los únicos dioses que merecemos.

Las moscas aparecen de improviso y se ciernen sobre toda creatura vivienta. Entran por la boca, la nariz, ponen huevos en los ojos, defecan en los oídos. Pueden comerse un elefante de carga en tres minutos. Las he visto derrotar partidas de Perro, de Gato, de Humano y de Chimpancé, las cuatro mayores estirpes guerreras, en segundos.

Las envuelve la nube negra de insectos y sólo quedan huesos y jirones de ropas. Y las armas…


La narración terminaba abruptamente.

Los Perro estaban cada vez más nerviosos, al grado de olvidar jerarquías y enzarzarse en breves peleas que los Apaciguadores casi no podían contener. Los Gato estaban perplejos.

“No sabíamos nada de esto, ni siquiera los Ancianos”, aseguró Listado.

“Puede ser –respondió Perra Alfa--. Por ahora, el fenómeno se da sólo en las zonas fronterizas de los mundos exteriores. Este fragmento de grabación costó mucho trabajo y la vida de toda una partida de buenos Perro. Los Cazadores de Carne los persiguieron por varios mundos, sólo un joven cabo sobrevivió lo suficiente como para entregar la grabación…”

“O sea, quieren mantenerlo en secreto”, opinó Blanco.

Todos coincidieron que era lo más probable.

“Por eso, hemos pensado que lo mejor será que los acompañe una cuadrilla de guerreros Perro en su viaje”, dictaminó Perra Alfa.

Negro y Blanco abrieron los ojos desmesuradamente y miraron fijamente a Listado, quien simplemente se limitó a decir:

“Es buena idea, lo agradecemos”.

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