miércoles, 21 de julio de 2010

H*A*D*A*S, SIGUE

VIII

Listado, Negro y Blanco estaban nuevamente en camino, pero ya no eran los mismos que cuando iniciaron su viaje. Habían cambiado y ahora tenían una misión. Físicamente eran iguales, tres Gato comunes, uno más viejo, dos más jóvenes, altos como todos los gatos y casi todas las demás razas, armados y ataviados con atuendos sencillos de combate.

Sin embargo, las diferencias con los de antes eran profundas. Blanco y Negro ahora veían a Listado no como el viejo regañón de antes, sino como un líder indiscutible. En los Gato la cuestión de liderazgo era muy compleja pues, por un lado, provenían de una larga estirpe de cazadores solitarios, pero por la otra, también tenían genes de cazadores gregarios, como los leones. Generalmente, sin embargo, no reconocían más liderazgo que el de alguna hembra vieja y sabia, pues cuando se trataba de machos, incluso el jefe más poderoso podía sustituirse fácilmente.

No tenían nada de la naturaleza social de los Perro y su intrincado sistema de castas y liderazgo, y mucho menos de Humanos o Monos, con sus pleitos interminables, trampas y bipolaridades absurdas que muchas veces los llevaban a no aceptar jefaturas legítimas en tiempos de crisis o a la cuasi adoración de líderes abyectos y sanguinarios.

Sin embargo, ahora los dos Gato jóvenes aceptaban sin dudarlo el liderazgo de Listado, quien sentía todo el peso y la soledad del mando. Él era consciente de su poder y de que ese poder podía llevar a la muerte a sus dos amigos.

Además, los tres sabían que tenían una misión. Ignoraban los detalles, pero tenían claro que debían acabar con las Brujas y su reino de maldad, que tenían que dar un solo golpe contundente y que no sólo la estirpe Gato dependía de ello, sino la felicidad de todo el sistema Fantasía.

Sabían, también, que estaban prácticamente solos.

IX

Caminaron durante 12 días por una llanura quemada por la lava de D/R/A/G/O/N. Todo estaba muerto y silencioso. En las noches, el viento alzaba nubes de ceniza, de día, los soles inundaban de luz el paisaje negro.

Se habían esmerado en darles caza.

Por fin, los Gato llegaron a un pequeño poblado, fuera de la destrucción de D/R/A/G/O/N. Olía a Perro, pero no les importo pues, contra todas las consejas populares, ambas estirpes no eran enemigas, por el contrario, habían convivido mucho tiempo y no sólo se conocían y toleraban sino que, incluso, se simpatizaban, por más que ningún Gato o Perro lo reconocería públicamente.

Llegaron a la plaza del pueblo en formación de triángulo, con lo que dominaban todos los acercamientos posibles.

No vieron a nadie y se acercaron a una pequeña fuente de agua cristalina. Dedicaron unos momentos para agradecer a la Madre Primordial sus dones y bebieron largamente. En eso estaban cuando se dieron cuenta que los observaban. Dejaron de beber y se pusieron alerta.

Saludos, hermanos”, escucharon que les decía una Perra anciana rodeada de una veintena de Perros jóvenes de ambos sexos, todos armados, todos listos.

Saludos, noble amiga”, respondió Listado. “Nos hemos detenido a beber un poco, pero en un momento partiremos”,

No hay prisa. De hecho, deseamos que sean nuestros huéspedes”, respondió la Perra.

Los Perro percibieron que los visitantes se negarían y los rodearon rápida y eficazmente.

Insistimos”, dijo la Perra.

Aceptamos”, concedió Listado.

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