lunes, 9 de agosto de 2010

Segunda parte (todo el cuento se lo dedico a Karina).

XII

Tomadas por sorpresa, las brujas tardaron en reaccionar. Los Gato se habían perdido, pero en un principio no le dieron importancia pues siempre existirían inconformes y eventualmente caerían en las telarañas de la H*A*D*A*S o los procesarían los Cazadores de Carne.

Además, las brujas habían ignorado durante muchos días la manera en que los tres tristes Gato habían escapado de la trampa que les habían tendido... y eso era lo que más les indignaba, el bloqueo de información al que se había sometido a las H*A*D*A*S. Cuando se dieron cuenta de esa intervención que violaba todas las leyes, pero que no podían probar, pues sabían perfectamente que sólo los Enano podían haberlo logrado con esa tecnología que parecía magia y escapaba de la comprensión de todos los demás seres, chillaron tan fuerte que sus gritos rasgaron el cielo y cambiaron el curso de los ríos.

Las brujas estaban furiosas y eran feroces. Ordenaron a las H*A*D*A*S que cubrieran toda la superficie del mundo con su iridiscente polvo de estrellas formado por TR011 muy sofisticados y robots nanotecnológicos que las mantendrían informadas en tiempo real. No les importaba que esta acción causara la muerte de cientos o miles de organismos inteligentes que inevitablemente entrarían en conflicto con ese maldito polvo de estrellas.

Pero eso no era suficiente. Legiones de O*R*C*O diezmaron poblaciones grandes y pequeñas sin importar las pérdidas que pudieran tener en sus vidas, mientras que cientos de D/R/A/G/O/N vomitaban lava ardiente en selvas, pastizales y bosques.

Dos ciudades aéreas se precipitaron a tierra cuando titubearon en aceptar las revisiones de las tropas comandadas por las brujas, lo que causó innumerables muertes y la pérdida de maravillas mucha veces centenarias que se remontaban a las primeras épocas de la aventura del Genoma. Sólo la ciudad de las nubes, de donde salieran los Gato, continuó en el cielo, pero Persona K y toda su corte pasaron a ser rehenes de las brujas y centenares de criaturas fueron embarcadas en las pestilentes naves espaciales de los Cazadores de Carne.

El mundo principal del Sistema Fantasía se convirtió en el infierno que narraban las antiguas fábulas compartidas por Humano, Perro y Gato. En realidad, era peor que el infierno.

Tal vez las antiguas profecías eran ciertas y el universo se acercaba a su fin. Entre los sobrevivientes crecía el miedo y la desconfianza. Los agentes de las brujas, hábiles en el manejo de los rumores, envenenaron los oídos de muchos con palabras en contra de los tes Gato, quienes comenzaron a convertirse en los seres más malvados que podían poblar el imaginario de miles de seres desconsolados, heridos y ahogados de sufrimiento.

Los Gato por supuesto ignoraban todo esto, por lo que se mostraban extrañados e irritados de los caminos llenos de vueltas y alejados de toda forma de vida que tomaban los Perros.

Jefa y los demás caminaban con la soltura y el descanso que compartían con los humanos desde las inmemoriales épocas en que las dos razas firmaron el pacto eterno de amistad en la lejana y nebulosa tierra madre. Estaban hechos para andar kilómetros y kilómetros sin necesitar más que agua. Sus lenguas colgantes irritaban a los remilgados Gato, que se mantenían silenciosos y hoscos, muertos de cansancio. Lo suyo era caminar por árboles y riscos, ahorrar tiempo con saltos prodigiosos, no caminar pegados al suelo.

Sin embargo, reconocían pese al cansancio y el mal humor que la técnica de los Perro era insuperable y que con todo y los desvíos se habían adentrado ya muchos kilómetros en los cotos de caza de las brujas, único sitio del planeta libre de la devastación... al menos, de la devastación sistemática de las últimas semanas, pues los terrenos por los que se movían tenían su propia cuota de dolor y sufrimiento que se había prolongado ya por demasiado años.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias!!!