Volcado en mí mismo, en la inmensa llanura vacía de mi alma, camino hacia un horizonte que apenas se adivina tras la bruma y las nubes de tormenta. El cielo está roto por los rayos cuya luz se clava en el fondo de mis ojos y hace más difícil el camino; el piso también está roto, lleno de grietas y espinas que buscan morder mis tobillos.
El frío convirtió mis huesos en vidrio, los molió y reconfiguró en una plasta blanda que me permite caminar, sí, pero a cada paso envía miriadas de agujas a mis articulaciones. Debería echarme a un lado y dormirme, morirme de una vez por todas, pero sé que no puedo, porque estoy dentro de mí, de la desolación que hay en mi mente, así que sigo caminando en el brumoso abandono de la falta.
Frío y humedad, pero sobre todo, la soledad que convierte en cenizas el corazón y lo avienta a la cara de los ridículos, de los románticos, de los tontos, de todos ellos que sin embargo son felices en sus mundos tibios y abrigados, que ven el frío de afuera mientras toman leche tibia azucarada.
Los tontos, los románticos, los ridículos se regocijan con las cenizas pues las confunden con confeti y ríen, se besan, disfrutan de los engaños de sus mentes.
Yo los alcanzo a ver como espectros a los lados del camino. Espectros más malvados que los demonios, más sanguinarios que los chacales. Se burlan de mí, me escupen y su saliva me entra en los ojos y en la boca.
Sigo caminando hacia el lejano horizonte, hacia el final que, igual que el camino, se funde en la nada del olvido.
1 comentario:
Me gusta me gusta, sobre todo frases como:
...en la inmensa llanura vacía de mi alma
...así que sigo caminando en el brumoso abandono de la falta
No cualquiera estructura frases tan poéticas, metafóricas o lo que sean.
Ya lo había leído pero te faltó el final, ojalá puedas ponerlo completo.
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