martes, 30 de octubre de 2012

Inversores


Un par de huevos fritos, quemados y aceitosos, se enfrían en el sartén eléctrico acomodado precariamente sobre la estufa. Miguel tiene hambre, pero no se anima a probarlos. No se ha bañado, ni piensa hacerlo. No ha pagado el gas y ni loco se dará un regaderazo con agua fría.

La barba rala, pero suficientemente crecida luego de cinco —¿seis, ocho?— días afea su no precisamente agraciado rostro; unas bermudas hasta las rodillas, Converse sin calcetines con las agujetas desamarradas y camiseta del Real Madrid que huele a sudor rancio tampoco lo califican precisamente como modelo de GQ.

Mira la pantalla de la computadora. Allí, unos pájaros enfurecidos esperan ansiosos a que los lancen mediante la resortera para destruir marranitos verdes. La señal roja le avisa desde hace rato que tiene un mensaje pendiente: un saludo de Nora en el Face:

Hola Miki, q haces????

Él le respondió hace como cinco minutos.

Aguántame un poco preciosa, estoy a punto de entrar en una junta!!!

“Qué junta ni qué nada. Pero de pendejo le digo que estoy acá en la casa sin hacer nada y menos ahora que se jodió la chamba en Guadalajara. ¡Puta! No tengo ni para pagar la renta, bueno, ni para comer otra cosa que estos pinches huevos”, murmura mientras picotea con el tenedor la comida que él mismo preparó y de paso, raspa la cubierta antiadherente del sartén.
Mientras mordisquea el huevo, sigue con Angry Birds. Tiene la tercera puntuación en el torneo de la semana y cree que podrá mejorar.

Miki Miki, contesta anda.

Otro mensaje de Nora. “¿Ahora qué quiere? ¿Burlarse de mí solo porque tiene un buen trabajo? Gana un chingo, pero eso sí, como a todas las viejas, hay que pagarle la comida, las chelas, los condones. No sé para qué les pagan tanto a si ni gastos tienen”, murmura nuevamente y se atraganta el huevo que está comiendo. “¡Puta madre!”, exclama luego de escupir el bocado.

Anda Miki vamos a comer!!!

Por supuesto que no va a aceptar.

No puedo, preciosa. Perdóname!!! Fíjate que tengo una junta bien importante al rato, una comida de trabajo, estoy viendo unos inversionistas que quieren montar un estudio de fotografía de alto nivel, top, ya sabes, y pues conocen mi trabajo y se fijaron en mí.

Me comunico la semana que entra. Ya sabes, un coffee o unas chelitas, ya sabes, yo te invito. Besos!!! Preciosa.

Responde y se desconecta. No quiere seguir dando explicaciones. Además, si se apura puede alcanzar abierta la casa de empeños. Seguro, con lo que le den por la cámara le alcanzará para comer un par de días, darse un baño y echarse un bingo en Caliente. Con suerte y ahora sí gana algo más que puntos virtuales en la computadora.

1 comentario:

Aline Suárez del Real dijo...

Uy, una historia muy actual, y no por los mensajes de FB y el juego de Angry, si no por las pretensiones, las aspiraciones, las apariencias, sé que siempre han existido, pero esta sobreexposicion de nuestra vida ante los demás nos hace todavía maaaas cuidadosos de nuestra imagen. Yo que siempre soy optimista pienso que tiene una parte buena, la gente que realmente te conoce, cada vez se hace menos, y la reconoces fácilmente, la gente a la que en le chat le puedes decir: al rato vengo, voy a empeñar algo pa comer hoy, la que sabe que lo que subes a tu muro, es solo una partesita, la mas bonita, de ti.