Un par de huevos fritos, quemados y aceitosos, se
enfrían en el sartén eléctrico acomodado precariamente sobre la estufa. Miguel
tiene hambre, pero no se anima a probarlos. No se ha bañado, ni piensa hacerlo.
No ha pagado el gas y ni loco se dará un regaderazo con agua fría.
La barba rala, pero suficientemente crecida luego de
cinco —¿seis, ocho?— días afea su no precisamente agraciado rostro; unas
bermudas hasta las rodillas, Converse sin calcetines con las agujetas
desamarradas y camiseta del Real Madrid que huele a sudor rancio tampoco lo
califican precisamente como modelo de GQ.
Mira la pantalla de la computadora. Allí, unos pájaros
enfurecidos esperan ansiosos a que los lancen mediante la resortera para
destruir marranitos verdes. La señal roja le avisa desde hace rato que tiene un
mensaje pendiente: un saludo de Nora en el Face:
Hola Miki, q haces????
Él le respondió hace como cinco minutos.
Aguántame un poco preciosa, estoy a punto
de entrar en una junta!!!
“Qué junta ni qué nada. Pero de pendejo le digo que
estoy acá en la casa sin hacer nada y menos ahora que se jodió la chamba en
Guadalajara. ¡Puta! No tengo ni para pagar la renta, bueno, ni para comer otra
cosa que estos pinches huevos”, murmura mientras picotea con el tenedor la
comida que él mismo preparó y de paso, raspa la cubierta antiadherente del
sartén.
Mientras mordisquea el huevo, sigue con Angry Birds. Tiene la tercera puntuación
en el torneo de la semana y cree que podrá mejorar.
Miki Miki, contesta anda.
Otro mensaje de Nora. “¿Ahora qué quiere? ¿Burlarse de
mí solo porque tiene un buen trabajo? Gana un chingo, pero eso sí, como a todas
las viejas, hay que pagarle la comida, las chelas, los condones. No sé para qué
les pagan tanto a si ni gastos tienen”, murmura nuevamente y se atraganta el
huevo que está comiendo. “¡Puta madre!”, exclama luego de escupir el bocado.
Anda Miki vamos a comer!!!
Por supuesto que no
va a aceptar.
No puedo, preciosa. Perdóname!!! Fíjate que
tengo una junta bien importante al rato, una comida de trabajo, estoy viendo
unos inversionistas que quieren montar un estudio de fotografía de alto nivel,
top, ya sabes, y pues conocen mi trabajo y se fijaron en mí.
Me comunico la semana que entra. Ya sabes,
un coffee o unas chelitas, ya sabes, yo te invito. Besos!!! Preciosa.
Responde y se desconecta. No quiere seguir dando
explicaciones. Además, si se apura puede alcanzar abierta la casa de empeños.
Seguro, con lo que le den por la cámara le alcanzará para comer un par de días,
darse un baño y echarse un bingo en Caliente. Con suerte y ahora sí gana algo
más que puntos virtuales en la computadora.
1 comentario:
Uy, una historia muy actual, y no por los mensajes de FB y el juego de Angry, si no por las pretensiones, las aspiraciones, las apariencias, sé que siempre han existido, pero esta sobreexposicion de nuestra vida ante los demás nos hace todavía maaaas cuidadosos de nuestra imagen. Yo que siempre soy optimista pienso que tiene una parte buena, la gente que realmente te conoce, cada vez se hace menos, y la reconoces fácilmente, la gente a la que en le chat le puedes decir: al rato vengo, voy a empeñar algo pa comer hoy, la que sabe que lo que subes a tu muro, es solo una partesita, la mas bonita, de ti.
Publicar un comentario