El discípulo atormentado, el traidor guardián del templo, abre una Pacífico y brinda “a tu salud, compita; a tu salud, carnal… a tu salud, mi señor, mi Divino Cordero” y la termina de dos tragos. Suspira, abre la guantera y saca su Colt M1911 con cachas de madera de guamúchil, la izquierda de árbol de Sinaloa; la derecha, de Morelos. La pone frente a su cara y jala el gatillo para que una bala full metal jacket impulsada a 243 metros por segundo lo mande a la oscuridad eterna del olvido.
2 comentarios:
Me gustó. Mucho. Si Judas fuera sicario, ¿Jesús sería...?
¡OYEEE! ME ENCANTÓ ÉSTE. SUCEDE QUE SEGÚN VOY POR LAS LÍNEAS, MI MENTE DIBUJA TUS PALABRAS :D
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