sábado, 26 de septiembre de 2009

El olvido (VERSIÒN COMPLETA)

Volcado en mí mismo, en la inmensa llanura vacía de mi alma, camino hacia un horizonte que apenas se adivina tras la bruma y las nubes de tormenta. El cielo está roto por los rayos cuya luz se clava en el fondo de mis ojos y hace más difícil el camino; el piso también está roto, lleno de grietas y espinas que buscan morder mis tobillos.

El frío convirtió mis huesos en vidrio, los molió y reconfiguró en una plasta blanda que me permite caminar, sí, pero a cada paso envía miriadas de agujas a mis articulaciones. Debería echarme a un lado y dormirme, morirme de una vez por todas, pero sé que no puedo, porque estoy dentro de mí, de la desolación que hay en mi mente, así que sigo caminando en el brumoso abandono de la falta.

Frío y humedad, pero sobre todo, la soledad que convierte en cenizas el corazón y lo avienta a la cara de los ridículos, de los románticos, de los tontos, de todos ellos que sin embargo son felices en sus mundos tibios y abrigados, que ven el frío de afuera mientras toman leche tibia azucarada.

Los tontos, los románticos, los ridículos se regocijan con las cenizas pues las confunden con confeti y ríen, se besan, disfrutan de los engaños de sus mentes.

Yo los alcanzo a ver como espectros a los lados del camino. Espectros más malvados que los demonios, más sanguinarios que los chacales. Se burlan de mí, me escupen y su saliva me entra en los ojos y en la boca.

Sigo caminando hacia el lejano horizonte, hacia el final que, igual que el camino, se funde en la nada del olvido.

jueves, 17 de septiembre de 2009

nzvmamxzv

NNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN...
zzzzzzzzzzzzzz
vvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvv
A!
mmmmmmmmmmmmmmmMMMMMMMMMMMMMMMmMMMMMMMMMMMMM
a?
mñmñmñmñmñmñmñmñmñmñmñmñmñmñm
XXX
ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ
vBvBvBvB!!!!!

viernes, 4 de septiembre de 2009

Añoranza

Está lloviendo. Es la primera lluvia en no sé cuánto tiempo. El agua cae con fuerza, empapa el piso arenoso, moja las paredes resecas de la casa y despierta ciertos olores que yo suponía olvidados o, al menos, lo suficientemente escondidos para hacerme a la idea de que ya no existían.

Los perros estuvieron mirando recelosos la lluvia durante largo rato; después, se gruñeron un poco y al final, se durmieron, aunque tienen sueños intranquilos que los hacen gemir y llorar un poco.

Yo también miro la lluvia con recelo. Ya no me gusta que llueva, porque me recuerda cuando hacíamos el amor y yo me deleitaba lamiendo tu sexo durante horas, siempre me pareció que sabías a lluvia.

Y, ahora que llueve, vuelvo a pensarlo.

Ya sé lo que me dirías: ¡Què ridìculo eres! ¡De veras que no sé de dónde puedes sacar tanta mamada! ¿Què tiene que ver la lluvia conmigo o con lo que te imaginas? Luego te reirías mucho, y seguramente terminarías contagiándome la risa, porque a pesar de todo, te gustaba que te convirtiera en lluvia, y a mí siempre me gustó tu risa.

Bueno, creo que todavía me gusta. Es lo bueno de saber que las relaciones no son para siempre, que tienen fecha de caducidad. Así estamos bien… bueno, casi siempre, salvo estos momentos en que llueve y la boca se me llena de tu sabor.

Los perros están cada vez más nerviosos. No creo que tarden en despertarse; ellos nunca te quisieron demasiado, ni tú a ellos. Tal vez la lluvia también les haga acordarse de ti.

Sólo espero que no se les ocurra salir a rascar la tierra mojada. Capaz que en una de esas te encuentran y no creo que fuera algo demasiado agradable para ninguno.